martes, 14 de febrero de 2017

¡Vivan los novios! (1)

Qué bonito es el amor. También en Parque. Durante todos estos años ha habido más o menos ligones, pero pocas bodas; al menos, celebradas durante la convivencia de los jugadores en el club. Pocos han sido, por tanto, los enlaces a los que el club ha llevado una cierta representación. El primero de ellos, el de Roberto, quien nos invitó a las copichuelas posteriores al banquete, celebrado en el hotel Ercilla. Hay pocos testimonios de aquel día, y ninguno sobrio.
En la boda de Patxi y María, que ya tardaron en casarse, tras un mogollón de años de noviazgo, la representación más numerosa tuvo lugar en la "despedida" de soltero, esto es, en la cena que le ofrecimos en un restaurante hindú ya desaparecido. Puede que aquella fuese la última cena que se celebró allí, porque tras un servicio de discreta presteza, no daban ganas de volver. Eso sí, a pesar de los años pasados entre plato y plato, la comida mantenía un buen gusto. La boda en sí, en Villarcayo, también contó con algunos representantes del club, que disfrutaron de un fin de semana poco más que maravilloso, y mucho más que irrepetible, en el que vivimos hasta una "tornaboda". Condensar tantos momentos y sentimientos en unas líneas es una tarea harto difícil.
He aquí algunos de los presentes.
 
 
Y aquí, a Patxi ensañándose con la tarta. Un acto como este bien hubiera merecido una técnica.
 
 

Ave Maria

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