domingo, 9 de julio de 2017

El día de la Afición (1). Los inicios

Hace muchos años, tras una temporada exitosa, que habíamos finalizado con un tercer puesto y un ascenso de categoría, se decidió organizar un partido amistoso; pero no uno en el que se jugara contra otro equipo al uso, sino contra gente más cercana, contra un equipo formado por aficionados del club. No recuerdo cómo surgió la idea, mas así se inició lo que posteriormente se convertiría en una tradición: el día de la Afición.
Aquel primer partido, jugado en la tarde del 14 de junio del 2003, en el Colegio Madre de Dios (nuestra cancha habitual durante aquella temporada), suponía, además, el número 200 de los jugados hasta entonces por Parque Bilbao.
En la escueta crónica del partido se hace notar que el equipo de aficionados creó bastantes más problemas de los previstos; lo que no era del todo sorprendente, dados los jugadores que reunió aquel primer equipo de la Afición. Jugaron Jon Sexto, César, Fátima, Sergio, Roberto Salazar, Jesús Catalina, Mikel San Juan e Igor Lezama; e hicieron las funciones de entrenador, Nacho Angulo e Iván Gordo. Sus 58 puntos anotados se quedaron a solo seis de los que consiguió Parque Bilbao, que contó en su equipo con los habituales, Jorge, Roberto Pérez, Patxi, Mario, Manu, Asier, Jose Fernández, Mikel García, y Carlos, y con un "extra" para este partido: Iker Añón. Yo mismo hice las funciones propias de entrenador, o algo parecido.
Respecto al arbitraje, no consta quién arbitró, aunque posiblemente fuesen varios los jugadores que se turnaron en esa desagradecida tarea. Sí refleja la crónica quiénes fueron los anotadores, esto es, Iker Añón y Jesús Catalina, que se ocuparon de ese cometido cuando no estaban jugando, por supuesto.
Por si no tuviese ya de por sí suficiente emotividad aquel partido, también servía como homenaje a Mario Pico, que dejaba el equipo.



 

2 comentarios:

  1. ¡Cómo! ¿Y la camisa hawaiana de Alfonso no merece ningún comentario? ¡Qué vergüenza!

    ResponderEliminar
  2. Es cierto. Pido disculpas por la omisión. Sí, el gran Alfonso, a pesar de su intento de pasar desapercibido en este grupo, creo que no lo consigue. Su atuendo ya merece una entrada en este blog

    ResponderEliminar