domingo, 25 de febrero de 2018

Una nueva era (1)

Agustinos 101 Parque Bilbao 44
Destacar en este blog el partido en el que Parque recibió la mayor paliza de su historia, considerándolo, además, "Partido histórico", no es por una motivación masoquista, ni por causa de una cruenta autocrítica. La razón es explicar por qué este partido fue elegido entre los aficionados encuestados, como uno de los más importantes de nuestra historia. Y lo fue, no por el resultado, que preferiría olvidar, sino porque supuso el inicio de una nueva andadura en el club: la de contar con un segundo equipo.
Durante las catorce temporadas anteriores, no habíamos proyectado crecer como club, al menos, en el número de equipos. Normalmente, apenas alcanzábamos para confeccionar una plantilla, así que no había razón para conformar dos. Pero durante el verano, la idea de Raúl, de inscribir un segundo equipo en la competición, suscitó el interés de unos cuantos, y se empezó a buscar gente para sacarla adelante. Se necesitaban, como mínimo, 16 jugadores (ya contábamos con 10 de la temporada anterior); si bien, esa cifra se antojaba insuficiente para llevar a buen término la temporada. Pero conseguimos superar ese peligroso límite, consiguiendo finalmente que la plantilla estuviera compuesta por... 17 jugadores (8 fichas en el equipo de 1ª, y 9 en el equipo de 2ª).
Con ese panorama parecía, a priori, inviable seguir adelante con el segundo equipo, dado que o bien las lesiones, o la coincidencia en los partidos de los dos equipos, o cualquier otra circunstancia desfavorable, dejaría uno de los equipos en cuadro (se suponía que el perjudicado sería el equipo de 2ª). Mas nos olvidamos de todo y seguimos adelante con la idea...
 


Este es el acta de aquel primer partido del nuevo equipo, que se encontró una noche de viernes en el colegio Urdaneta, con un debut demasiado cruel, puesto que jugábamos en casa del favorito indiscutible para ganar la liga: un equipo formado por ex jugadores de categorías de relumbrón, incluido algún ex Bilbao Basket. Así que cuando entré en el colegio, lo único que me pasaba por la cabeza era un pensamiento oscuro que predecía una paliza de escándalo; muy, muy escandalosa.

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