Se incorporaron a la plantilla de aquella temporada siete jugadores, de los cuales, dos volvían a ella: Carlos y Jose, el base. Con ambos, y con el recién llegado, Gontzal, se completaban las fichas del equipo de 1ª. Para el equipo de 2ª se contaba con los ya veteranos Unai, Iban, Raúl, Emi, y Manu; es decir, prácticamente media plantilla se componía de jugadores que normalmente iban a doblar partido con los dos equipos. Y las cuatro altas para el equipo de 2ª, Asier, Ibon, Mikel y Javi, ayudarían a alcanzar grandes satisfacciones en aquel grupo recién creado...
Pero aquel 15 de octubre, en Urdaneta, con solo unos pocos entrenamientos, y con las nuevas incorporaciones, que no habían jugado antes en un equipo federado de basket, enfrentarnos, ya para comenzar, a ese grupo de veteranos con aquel bagaje técnico y táctico, no me hacía ser nada, nada optimista. Como comenté al finalizar el debut a alguno de los oficiales de mesa, la paliza que habíamos recibido se había quedado por debajo de lo que presuponía cuando entré en aquel colegio. Incluso uno de los jugadores del equipo local nos brindó palabras de consuelo, diciéndonos que habíamos hecho cosas positivas. Incluso llegamos a estar por delante en el marcador (claro que hasta el 0-4 tan solo). Incluso Iban anotó un triple, que también resultaba histórico.
Esta foto, con todos los componentes del equipo de 2ª, no es del debut (del que no hay testimonio gráfico), sino de la primera victoria, contra Saskel, de unos días después. Sería la primera de las 11 victorias de esta nueva era. ¡Quién nos lo iba a decir, tras la paliza del debut!
No hay comentarios:
Publicar un comentario