Pocas veces un jugador con tan pocos partidos disputados habrá sido tan recordado en un club. Es el caso de Javier, aunque no se lo conozca por ese nombre...
Cuando en la pretemporada del curso 2014-15, Asier reclutó para Parque a un ex compañero suyo del Instituto Central, comenzó entre nosotros un tiempo de dudas, en el que nos preguntamos cuál sería su nivel deportivo, en qué posición jugaría, o cómo encajaría un veterano en el grupo de gente ya existente en el club. Sin embargo, en cuanto desembarcó y tuvo el primer contacto con los aborígenes de Parque, nuestras dudas se disiparon. Tan solo nos faltaba saber, de entre los varios apodos con que era conocido, cuál era el más adecuado, y a partir de entonces Plato comenzó una breve pero intensa trayectoria en Parque.
En solo nueve partidos no le dio tiempo a atar muchos cabos sueltos, pero lo pudimos ver "tirarse en plancha a por un balón" en Ermua, por ejemplo, o recordarnos el espectacular salto vertical que tenía antaño. Sin embargo, lo más llamativo fue, es, escuchar sus múltiples "batallitas", que evocan el mundo vivido por un marinero, y es que sus historias engloban muchas anécdotas, que por sí solas llenarían otro blog.
Como simple muestra, los únicos tickets de la OTA que ha tenido Parque, los sacó él. Lo llamativo no fue tanto esto, sino que sucedió a una hora un tanto intempestiva.
Tanto como jugador, o como aficionado, son dignas de mención sus aportaciones jocosas en redes sociales o en otros medios, en pro de mantener una cierta camaradería colectiva, y un buen rollo en el club; o simplemente, sin otro afán que el de compartir unas risas con nuestra estimada masa social.
En cualquier caso, cualquier elogio y consideración al protagonista de esta entrada, sería más apropiado hacerlo en torno a unas cuantas cervezas...
Plato, genio y figura
Barquito de cáscara de nuez


No hay comentarios:
Publicar un comentario