Al acabar las temporadas 2011-12 y 2012-13, fuimos invitados a otro torneo, en Mungia. El organizador, el club Mungialde, en torno a unos cuantos equipos participantes, tanto femeninos como masculinos, estableció una bonita fiesta del baloncesto. El ambiente que allí se formaba, a comienzos de junio de cada año, resultaba motivante, y daban ganas de volver al año siguiente, aunque en el aspecto deportivo no nos hubiese ido bien.
Debido a la concentración de partidos en solo una tarde, estos tenían duración reducida (creo que 15 o 20 minutos, más o menos continuos). Este era el cuadro de competición en nuestra primera participación, en la que perdimos los dos encuentros.
Además de la brevedad de los partidos, otra característica del torneo que me llamó la atención fue la disposición de los equipos, previa a la entrega de premios (porque sí, en estos torneos también recibíamos un obsequio final, a pesar de perder). La formación en fila india, unos la cumplían con más rigidez que otros...
También era llamativo el bonito gesto de la organización con el equipo Gorabide, al finalizar el torneo, al que se le rendía un homenaje, que me atrevo a calificar como emotivo, al formar un pasillo con todos los participantes, por el que los chavales de esta asociación iban recibiendo vítores.
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