domingo, 10 de marzo de 2019

Dos torres

Los pívots, sobre todo, los altos, siempre han sido un bien codiciado en las categorías provinciales en que hemos participado durante todos estos años. Incluso en una época, hace ya tiempo de esto, en que buena parte de los equipos de cierto nivel contaban al menos con algún jugador grande, nosotros tuvimos la suerte de tener dos.
Desde el curso 2008-09 al 2013-14, coincidieron en el club, Txemi e Iker. El primero llevaba ya dos temporadas cuando llegó Iker, y aunque no siempre compartieron cancha, por mor de ciertas y repetidas ausencias del primero, contar con dos jugadores de esa altura suponía un plus para cualquier equipo. Si además de esto se une el que en aquel tiempo contábamos con otro pívot, como Iban, y dos ala-pívots, como Mikel García y Manu, a priori se antojaba que teníamos un juego interior bastante competitivo. Con tal capacidad interior, y con un juego exterior también de calidad, resulta difícil entender las decepciones clasificatorias de aquellos años. Si bien no hay que olvidar que el número habitual de asistentes a los entrenamientos no se correspondía con el de los partidos, hubo más causas para que el aparente nivel de nuestra plantilla no alcanzase los éxitos deseados. Algunas, posiblemente, se han explicado ya en otra entrada (ver Mea culpa).

Durante seis temporadas coincidieron en el club, entre otros, dos pívots que tanto dentro como fuera del campo fueron protagonistas en una etapa inolvidable, en la que parecía que año tras año estaba justificado soñar con algo grande, y cuya marcha, junto a la de otros jugadores de aquel entonces, pareció transportarnos a la realidad. Su aportación cambió, e incluso determinó el juego del equipo de aquella época. Durante unos años Parque se convirtió en el equipo de las dos torres...

 
 Requiem for a dream


 

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