Pocas veces una derrota ha sido tan señalada en la historia del club. Aquel último partido del año 2000, en el Instituto Gabriel Aresti, de Txurdinaga, jugamos contra un equipo, Freirenorth Santutxu, con merecida fama de "leñero". Aunque la fama venía de tiempo atrás, y a pesar de que oí a varios árbitros comentarios al respecto de ésta, su "exceso de ímpetu en el juego" continuaba permitiéndose y justificándose reglamentariamente. Así lo sufrimos, y así debió hacerlo también Manu, que debutaba en Parque Bilbao. Mal partido este para inaugurar una trayectoria en el club, que ha sido duradera y muy fructífera.
Cuando surgió la posibilidad de que un jugador de su nivel pudiera venir al equipo de aquella temporada, nos frotábamos las manos. Fue una de aquellas ocasiones, que por fortuna se han repetido unas cuantas veces en nuestra historia, en las que de pronto nos encontrábamos con la llegada al club de un jugador que, no solamente nos engrandecía deportivamente, sino también a nivel humano. Uno de aquellos que ha sostenido la historia de este club, como jugador, como tesorero, como responsable en temas técnicos y estructurales...
Cuando en el club Zurbaran decidieron, mediante votación, que entrara en su equipo otro jugador, en lugar de Manuel Vizán, cometieron un tremendo error, pero al mismo tiempo, nos hicieron un favor, que todavía seguimos agradeciendo.

Fecha para subrayar, marcar en negrita y con mayúsculas en la historia de Parque Bilbao. Un antes y un después, sin duda. Resulta difícil entender (algún día, Manu, nos tendrás que explicar qué te llevó a semejante decisión)cómo teniendo ese debut (ante un equipo manifiestamente violento y con "debate acalorado" postpartido en el vestuario) el bueno de Manu volvió un día y otro a entrenar y jugar con aquella tropa de indocumentados que éramos. Y así, hasta hoy.
ResponderEliminarTotalmente de acuerdo, en absoluto
Eliminar¿Sería cosa del "Efecto 2000"? Misterios...
ResponderEliminarIker Jiménez. aquí tienes materia para 5 o 6 programas.