A pesar de la aplastante derrota, salí del colegio con una cara muy distinta de aquella con la que entré. Este cambio lo había producido la actitud de aquel nuevo equipo del club, aquella gente que con el paso de los entrenamientos, y de los partidos, fue creciendo y dando más satisfacciones de las que preveíamos al comienzo. Fueron Asier e Ibon, que llegaron a Parque tras preguntar en la federación vizcaína por algún equipo donde jugar, y que pasaron de ser unos jugadores muy limitados, a ser muy confiable su presencia en la pista, merced a su paulatina mejoría técnica y táctica durante el año. Fue Mikel G. (curiosa coincidencia en nombre y apellido con el veterano Mikel, del equipo de 1ª), que además de sus manifiestas rachas de calidad, mostradas en ocasiones, sin embargo, con una aparente "desidia", también fue un gran animador social del equipo, con sus singulares ocurrencias. Y fue Javi, jugador "made in parque", que con su ritmo y tiro provocó continuos problemas a las defensas contrarias, y que en años sucesivos ganó el MVP del equipo de 2ª. A estos cuatro había que sumar la importancia de los veteranos antes mencionados, como Unai e Iban, que en una categoría más baja se encontraron más cómodos, y tenían un papel más determinante; como Raúl y Emi, grandes protagonistas en el tiro exterior; y como Manu, que si ya destacaba en la categoría más alta, en 2ª era un referente total.
La suma de todos ellos (con unos roles marcados, aun sin ser explicitados), con una buena mezcla entre los veteranos y los más noveles, ayudó a formar un equipo, que con tan solo 9 jugadores se mantuvo toda la temporada compitiendo, y ganando más partidos de los que, hasta el más optimista, hubiera predicho. Las claves para superar, merecidamente, las expectativas iniciales de aquel 15 de octubre en Urdaneta, fueron la disciplina táctica de aquellos nuevos jugadores, y su actitud en el campo, y fuera de él, que posibilitó que aquel grupo fuera un Equipo, con mayúsculas, y que todavía hoy sea recordado como un buen ejemplo a seguir.
De aquellos cuatro nuevos, dos continuaron varios años más, convirtiéndose en personajes importantes de nuestra historia reciente; uno, Javi, por su velocidad y ataque, y otro, Ibon, principalmente por su ejemplar actitud defensiva. Y los veteranos, que siguieron también en el club, salieron reforzados en aquella temporada, por mor de los minutos jugados, y de sus grandes aportaciones a las victorias del equipo.
Si bien aquel día, al finalizar el partido en Urdaneta, no era tan optimista como Manu respecto al nuevo equipo creado, unos meses más tarde estaba muy orgulloso de aquel equipo. Entonces no lo sabíamos, pero en el club había comenzado una nueva era...
Bailando por ahí
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