En este coqueto gimnasio entrenamos durante cerca de seis temporadas. Desde que solicitamos el permiso al ayuntamiento, con fecha 2 de octubre de 2002, ya sabíamos que las instalaciones del colegio no nos permitirían más que entrenar. El gimnasio era demasiado pequeño para diputar partidos oficiales, y el patio exterior que sí cumplía los requisitos reglamentarios, era, precisamente, exterior. Por tanto, en aquella primera solicitud oficial (igual que en las de los siguientes cursos), únicamente pedimos, "la utilización de los vestuarios del gimnasio los días martes y jueves de 8 de la tarde a 10:15 de la noche tras los entrenamientos en el patio escolar, por parte del C.A. Parque Bilbao". La solicitud nos fue concedida, acarreando una fianza, que al finalizar el curso nos fue devuelta. Era la primera vez que solicitábamos permiso al ayuntamiento (tras haberlo pedido previamente al colegio Arangoiti), para usar las instalaciones de un centro público. Tras esta experiencia, llegaría años después la de Zurbaranbarri.
No recuerdo ahora de quién partió la idea de pedir al colegio Arangoiti el uso de sus instalaciones (mis disculpas por el olvido), pero los años que estuvimos allí son difíciles de olvidar. Pocas veces aquel gimnasio se nos quedaba pequeño, debido a la escasa asistencia a los entrenamientos, pero quizá esto, precisamente, envolvió aquella época en un aura de camaradería. En el colegio Arangoiti, en el que hasta la fecha no hemos jugado ningún partido oficial, ni amistoso, aquel gimnasio con sus espalderas, nos dejó su impronta. Y decir gimnasio, y decir espalderas, es también decir...
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