viernes, 7 de diciembre de 2018

La copa y los triples con zapatos

El primer torneo que jugamos fue en Balmaseda, y fue una sorpresa que nos invitaran a él. Se me ocurrían varias preguntas que hacer, tipo si no había más equipos en el territorio a los que invitar, o si estaban enemistados con casi todos ellos y por tanto declinaban invitarlos... Mas reservé para mí las dudas, las preguntas, y la sorpresa inicial, y simplemente acepté la invitación para jugar aquel torneo navideño.
Así, durante dos fines de semana consecutivos (el último de diciembre del 2001, y el primero de enero del 2002), se celebró en el frontón municipal un torneo que contó con la participación del equipo local, que a la postre, si no recuerdo mal, fue el vencedor; y de Muskiz, Águilas y Parque.
La semifinal contra Muskiz la perdimos por 56-54, en un partido aburrido que, según recuerda la crónica de entonces, se decidió en el último segundo. Y el partido por el tercer y cuarto puesto, en la tarde del día de reyes, también terminó con derrota, frente a Águilas Salde (73-64), que era un equipo muy asequible, aparentemente.
En este torneo, además del hecho de que nos invitaran a participar, resultó curioso que, pese a acabar últimos, recibiéramos una copa. Fue nuestro primer trofeo, y posiblemente el más rimbombante que hayamos recibido en la historia nuestra. Además, el día final del torneo, hubo un concurso de triples, en el que nos representaron Roberto, Hermann, y Patxi. Este último se clasificó para las semifinales, pero dado nuestro desconocimiento del sistema del concurso, y creyendo acabada su participación, se encontraba ya vestido de calle y con zapatos cuando fue reclamado para lanzar de nuevo (la fotografía corresponde a la primera ronda de lanzamientos). Así, de esa guisa, no pudo clasificarse para la final. Esa fue otra de las circunstancias curiosas de aquel nuestro primer torneo.

 
 

3 comentarios:

  1. Zapatos, vaqueros, camisa y jersey: un finalista elegante como pocos. Eso sí, encestar, lo que se dice encestar...

    ResponderEliminar
  2. Y, por cierto, era la final. Entre tres pero final, oiga.

    ResponderEliminar
  3. Disculpe; pues final, entonces. Las crónicas de esa época relataban eso, aunque me parecía extraño hacer tres rondas de tiro en un solo día

    ResponderEliminar