Hubo una época, que ya parece un tanto lejana, pero que duró demasiado tiempo, en que acudíamos a los partidos con muy poca gente. Y no solo a los que se jugaban fuera de nuestra cancha.
Y también hubo un tiempo en el cual, entre los jugadores se difundió la idea de que cuando había pocos jugadores se jugaba mejor; así lo creían. Aun aceptando tal aserción, lo que ya no resultaba grato ni adecuado para nadie es que jugásemos un partido con tan solo cinco. Además del esfuerzo físico que ello acarreaba, se antojaba harto complicado ganar así. Y fueron unos cuantos los días en que esto sucedió.
La primera vez fue en un desplazamiento a la Ikastola Astileku, en Portugalete, donde perdimos por 76-64. Para la siguiente ocasión no hubo que esperar mucho, puesto que fue el siguiente partido de liga. Aquella tarde-noche en nuestra cancha del colegio Madre de Dios, se ganó claramente a Zubileta por 79-53. Las estadísticas de aquel 10 de abril de 1999 subrayaron la gran diferencia que hubo con el equipo visitante, aunque el mérito por ganar con cinco jugadores resultó incuestionable. Destacaron los puntos del equipo, 79, pero sobre todo, la valoración total, 97, que es la cuarta más alta de nuestro club, y los rebotes; sobre todo, los rebotes. De los 59 capturados, 36 fueron en defensa, y 23 en ataque, en lo que se mantiene, casi 20 años después, como nuestra mejor marca registrada. En el plano individual, los cinco anotaron al menos 10 puntos, de los que tres hicieron, además, 10 rebotes. Asier, con 10 puntos; Ahmad, con 13 y 16; Carlos, con 10 y 11; Jose, con 16 y 19; y Jorge, con 30 puntos, y 42 de valoración.
En la temporada siguiente, en el último partido, no acudimos ni cinco al polideportivo Rekalde, para jugar ante Colegio de Abogados. Resultó esperpéntica la imagen que ofrecimos, porque al hecho de perder el partido por incomparecencia, había que sumar el perjuicio económico y clasificatorio que aquello nos supuso. Patxi, Jose, Mikel García, y Carlos, fueron los que tuvieron que dar la cara en aquel triste final de liga.
El curso 2003-04 también lo acabamos perdiendo (63-55), en Arkitze, en un partido en el que había casi tanta gente en el equipo arbitral como en nuestro equipo.
En la temporada 2005-06, de los diez partidos jugados durante la segunda fase, dos los jugamos únicamente con cinco jugadores, y otros seis con solo seis jugadores. Ante ese triste panorama bastante se hizo ganando la mitad de los encuentros, siendo cuatro de ellos de forma consecutiva.
En el partido jugado en casa frente a Águilas Salde, pese a que en la estadística consten seis jugadores, en realidad, tras la lesión de Asier a los pocos segundos del inicio, nos quedamos con cuatro jugadores durante algunos minutos, hasta que llegó Emiliano al campo. A partir de entonces, fue un quinteto, sin cambios, el que jugó el resto de partido.
Mas centrándome en los dos jugados, según la estadística, con un único quinteto, uno de ellos fue en Mungia (derrota por 66-64), a donde Osaba acompañó a los cinco, aunque no jugó por estar lesionado. El otro fue en el último partido oficial, en Trapagarán, que se ganó por 58-67. Sin embargo, lo más recordado de aquel encuentro fue la posterior alubiada en la localidad, y que se mencionó en una entrada anterior (ver Si das la vuelta al Marca (3)). Aunque por desgracia no haya constancia fotográfica de aquella jornada, algunos de los cinco protagonistas (Gorka, Raúl, Emiliano, Iván, y Carlos), de vez en cuando nos siguen recordando aquella velada.
En la temporada 2005-06, de los diez partidos jugados durante la segunda fase, dos los jugamos únicamente con cinco jugadores, y otros seis con solo seis jugadores. Ante ese triste panorama bastante se hizo ganando la mitad de los encuentros, siendo cuatro de ellos de forma consecutiva.
En el partido jugado en casa frente a Águilas Salde, pese a que en la estadística consten seis jugadores, en realidad, tras la lesión de Asier a los pocos segundos del inicio, nos quedamos con cuatro jugadores durante algunos minutos, hasta que llegó Emiliano al campo. A partir de entonces, fue un quinteto, sin cambios, el que jugó el resto de partido.
Mas centrándome en los dos jugados, según la estadística, con un único quinteto, uno de ellos fue en Mungia (derrota por 66-64), a donde Osaba acompañó a los cinco, aunque no jugó por estar lesionado. El otro fue en el último partido oficial, en Trapagarán, que se ganó por 58-67. Sin embargo, lo más recordado de aquel encuentro fue la posterior alubiada en la localidad, y que se mencionó en una entrada anterior (ver Si das la vuelta al Marca (3)). Aunque por desgracia no haya constancia fotográfica de aquella jornada, algunos de los cinco protagonistas (Gorka, Raúl, Emiliano, Iván, y Carlos), de vez en cuando nos siguen recordando aquella velada.
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