Al igual que otros muchos componentes de nuestro entorno deportivo, durante todos estos años también las fichas han ido evolucionando, tanto en lo que concierne a la gestión administrativa de la federación, como en lo que se refiere a su diseño, que es a lo que voy a referirme a continuación.
Durante las nueve primeras temporadas, cuando tramitábamos una licencia deportiva en la federación vizcaína, luego de los papeleos y comprobaciones preceptivas, el resultado final era un trozo de cartón como este (en color azul para los jugadores, y en rojo para los entrenadores), que había que presentar a los oficiales de mesa antes del comienzo de cada partido:
Aunque la estética de estos documentos oficiales pueda ser criticable hoy en día, gracias a su simplicidad, y a una vida útil de cuatro años, tenían la ventaja de un menor impacto medioambiental, y la comodidad de que tan solo había que escribir a mano sobre un trozo de cartón, y estampar un sello.
Desde la temporada 2005-06, el formato de licencia federativa cambió, pasando a ser unas fichas más pequeñas y plastificadas. Y aunque en apariencia el diseño mejoró ostensiblemente, el nuevo sistema trajo consigo malestar debido a que, ya comenzada la liga, la mayoría de los clubes aún no disponían de ellas, por problemas relacionados o bien con la tramitación federativa, o bien con su impresión.
Este fue el diseño de las primeras licencias plastificadas, por ambas caras. Aunque en principio fueron de color blanco, esto varió en las temporadas sucesivas.
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