El primer ganador del premio "Piña-cerrojo" es recordado por ser uno de los mejores defensores de nuestra historia, pero no solo por eso...
Cuando Carlos aterrizó en Parque venía acompañado de claras carencias técnicas y tácticas. Sin embargo, quizá consideró que éstas no suponían un auténtico obstáculo para jugar en un equipo cuyo nivel no era excelso, precisamente. Así pues, no solo tuvo un sitio en el equipo de entonces, sino que se convirtió en uno de los mejores jugadores que han pasado por este club.
El comienzo fue, cuando menos, anecdótico, jugando apenas unos 30 segundos en un partido en Montaño; y sus dos despedidas, tras sendas lesiones. La primera, a falta de 4 segundos para acabar un partido prácticamente perdido, y la segunda, tras su vuelta y un esguince de rodilla (ver Los pupas (3). Segundos malditos). Entre aquellas fechas, desde el debut del 19 de octubre de 1997 en Montaño, hasta el nefasto 16 de noviembre de 2008, en Zurbaranbarri, más los posteriores tres partidos jugados entre el final de 2010 y el comienzo del año siguiente, hay una gran trayectoria, aunque tuviera sus altos y bajos. Y para corroborarlo, además de las positivas valoraciones que otorgan los más antiguos del club, basta repasar un poco sus estadísticas.
Es el quinto que más partidos ha jugado, 276, divididos en 13 temporadas (incluidas las dos de las lesiones), con un alto porcentaje de encuentros saliendo en el quinteto titular (68,48%), en una época en que la competencia era considerable. Asímismo, a sus totales de puntos, rebotes, robos, etc., que están entre los más destacados, hay que unir diferentes récords, ya sea a título individual, o aquellos colectivos en los que participó. A saber, comparte el tercer mejor registro de falta recibidas en un partido (10), y el cuarto en robos (7), logrados ese mismo día; o tiene la segunda mejor marca de rebotes totales (21), y comparte con Jose la primera en cuanto a rebotes defensivos (17), en un histórico partido frente a Barrena Berri, ya comentado en este blog (ver Victoria muy valorada), en el cual se convirtió en el segundo en obtener un 20-20. Posiblemente fuese aquel su mejor partido, cuando menos desde un punto de vista estadístico: 23 puntos (8/10 en tiros libres, 6/12 en tiros de dos, 1/2 en triples), 21 rebotes (17 defensivos), 1 asistencia, 6 robos, 5 faltas recibidas, 1 tapón recibido, 2 pérdidas, y 4 faltas, para un total de 40 de valoración.
Es el quinto que más partidos ha jugado, 276, divididos en 13 temporadas (incluidas las dos de las lesiones), con un alto porcentaje de encuentros saliendo en el quinteto titular (68,48%), en una época en que la competencia era considerable. Asímismo, a sus totales de puntos, rebotes, robos, etc., que están entre los más destacados, hay que unir diferentes récords, ya sea a título individual, o aquellos colectivos en los que participó. A saber, comparte el tercer mejor registro de falta recibidas en un partido (10), y el cuarto en robos (7), logrados ese mismo día; o tiene la segunda mejor marca de rebotes totales (21), y comparte con Jose la primera en cuanto a rebotes defensivos (17), en un histórico partido frente a Barrena Berri, ya comentado en este blog (ver Victoria muy valorada), en el cual se convirtió en el segundo en obtener un 20-20. Posiblemente fuese aquel su mejor partido, cuando menos desde un punto de vista estadístico: 23 puntos (8/10 en tiros libres, 6/12 en tiros de dos, 1/2 en triples), 21 rebotes (17 defensivos), 1 asistencia, 6 robos, 5 faltas recibidas, 1 tapón recibido, 2 pérdidas, y 4 faltas, para un total de 40 de valoración.

Un fenómeno: rápido de pies y manos como pocos, hábil, físicamente portentoso, incansable... Currela como el que más, solía tocarle bailar con la más fea en defensa y se convertía en su peor pesadilla (lo sé porque he entrenado con él: su defensa te obligaba a sacar lo mejor de ti) Y, para colmo, es un tío modesto y majo. Un asco, vamos...
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