El día de la Afición (16). Sesión continua

El día de la Afición de 2018 fue uno de los más extensos que hemos vivido. Desde que se abrió la puerta del colegio Zurbaranbarri, a las 10:30 aproximadamente, y por tanto comenzaba nuestra particular fiesta, hasta entrada la madrugada, cuando se marcharon los últimos a sus respectivas moradas, habían transcurrido un montón de horas compartidas por jugadores y por aficionados de este club.

 

Comenzamos, como es costumbre, con el concurso de triples, que ganó Emi con un gran nivel en la final, enchufando 7 de los 10 tiros. Parecía de justicia que un tirador como él tarde o temprano ganase un concurso de triples, por lo que la satisfacción por su victoria fue plena. 

A continuación, el partido, que ganó Parque por un ajustado 62-57, y en el que ambos equipos encestaron unos cuantos triples (17 en total). La anotación se repartió, por parte de Parque: Adiran (4), Iban (5), Gonzalo (16), Jon (5), Asier (9), Mikel (7), Uri (16); y por la Afición: Plato, Jose Fernández (6), Ander (12), Patxi, Emi (6), Aitor Orio (12), Maren (11), Iván, Liher (2), Villa (8). Respecto a la cuestión arbitral, fueron varios los que ejercieron tal labor; y yo volví a ser el anotador.

 

 

En el tiempo dedicado a los premiados de la temporada, nuevamente hubo ausencias notables, por lo que pocos premios se pudieron entregar ese mismo día. Tan solo lo recibieron Gonzalo, como mejor atacante; Emi, como ganador del concurso de triples; y Shaffer, al que se le entregó un supertomate especial.

El momento más emotivo del evento fue el modestísimo homenaje a Iban, que se despedía de Parque para centrarse en una interesante aventura académica (esperemos que sea un simple hasta luego), y al que se le hizo entrega también de una sudadera por su partido nº 300. Se convierte así en el "rookie" más veterano de la historia del club, y el tercero que alcanza tal cantidad de partidos jugados.

 

Tras estos actos, y la consiguiente comida posterior, nos quedamos en el restaurante Matiko Barria hasta que en las mesas de alrededor ya no hubo ni un resquicio libre donde apoyar más vasos de cubatas. Así que, ya entrada la noche, decidimos abandonar aquel local y visitar otros.