Fue espectacular nuestro comienzo de liga: ¡7 victorias consecutivas! Salesianos disfrutó de 4 de ellas: la de Indautxu Bakarra por 82-48, con una exhibición de Carlos, que debido a que ya no llevábamos estadísticas en aquella época, solo lo corroboran sus 33 puntos; la de Lagunok, aunque en esta ocasión era éste el equipo que jugaba de local; la de Ondarroa, por 22 puntos de diferencia, que es uno de tantos partidos de la historia de Parque, que han sido relegados al olvido pese a la importancia que tuvieron; y la de Paúles, lograda a base de casta. Y entre medias, la histórica paliza (34-75) en la cancha de Unamuno, y las victorias también a domicilio frente a Unkinako, y San Agustín. Ésta última ya fue mencionada en este blog, debido a cierta circunstancia curiosa (ver El balón imaginario). La racha se cortó en Leioa, en un día en que Jose cumplía 200 partidos con Parque.
La segunda vuelta de la 1ª Fase fue un tanto irregular. Y ello lo pagamos, puesto que en un grupo en el que debíamos haber quedado primeros, de nuevo nos debimos conformar con el amargo segundo puesto. A pesar de las 2 victorias a domicilio, por una derrota, durante la segunda vuelta, de los cinco partidos en Salesianos solo ganamos 3.
Se ganó a Lagunok por 88-43, en la 5ª mayor diferencia de puntos a favor que hemos tenido nunca; aunque lo más destacable de este partido llegó al acabar, cuando Hugo nos anunció su futura paternidad. También se venció a Unkinako, y a Leioa por 40 puntos de diferencia, cuando en la ida habíamos perdido. Curiosa metamorfosis, al igual que la producida en las dos derrotas, que llegaron contra Unamuno, primero, al que habíamos ganado muy holgadamente en su campo, y contra San Agustín por un solo punto; derrota esta difícil de explicar, puesto que jugábamos contra un rival aparentemente asequible, que además solo contaba con seis jugadores. Sin embargo, este equipo, al que no dábamos mucho crédito al comenzar la temporada, fue el que nos adelantó en la clasificación y acabó líder del grupo. Nos frotábamos los ojos y no nos lo creíamos.
Sin embargo, más difícil de creer fue nuestro papel en la segunda fase, en el grupo de ascenso. No estuvimos a la altura de lo que por plantilla pensábamos que era nuestro objetivo: el ascenso. Terminamos terceros por la cola, con 6 derrotas consecutivas.
En los primeros partidos alternamos las victorias y las derrotas. Triunfo ante Congelados Picazo, que acabó último de grupo, y derrota ante Paúles, que acabó el primero; victoria frente a Ermua, y derrotas frente a Santurtzi y Gaztelueta. A continuación, victoria a Congelados Picazo, a domicilio, para dar paso a la nefasta racha final: derrota en casa contra Paúles, en los últimos cuatro minutos de partido; desastroso partido en Ermua, en el que influyó la comida previa al encuentro; derrota en Santurtzi; dos partidos consecutivos en casa, perdidos por un solo punto, contra Zornotza y Gaztelueta; y mucho más clara la derrota en Zornotza.
Aquella temporada 2006-07, no habíamos estado a la altura de las expectativas que la primera fase nos había creado, ni de las ilusiones que nuestro 10º aniversario había alimentado. Y para colmo de decepciones, nos dejaba Iván, el gran capitán.
La segunda vuelta de la 1ª Fase fue un tanto irregular. Y ello lo pagamos, puesto que en un grupo en el que debíamos haber quedado primeros, de nuevo nos debimos conformar con el amargo segundo puesto. A pesar de las 2 victorias a domicilio, por una derrota, durante la segunda vuelta, de los cinco partidos en Salesianos solo ganamos 3.
Se ganó a Lagunok por 88-43, en la 5ª mayor diferencia de puntos a favor que hemos tenido nunca; aunque lo más destacable de este partido llegó al acabar, cuando Hugo nos anunció su futura paternidad. También se venció a Unkinako, y a Leioa por 40 puntos de diferencia, cuando en la ida habíamos perdido. Curiosa metamorfosis, al igual que la producida en las dos derrotas, que llegaron contra Unamuno, primero, al que habíamos ganado muy holgadamente en su campo, y contra San Agustín por un solo punto; derrota esta difícil de explicar, puesto que jugábamos contra un rival aparentemente asequible, que además solo contaba con seis jugadores. Sin embargo, este equipo, al que no dábamos mucho crédito al comenzar la temporada, fue el que nos adelantó en la clasificación y acabó líder del grupo. Nos frotábamos los ojos y no nos lo creíamos.
Sin embargo, más difícil de creer fue nuestro papel en la segunda fase, en el grupo de ascenso. No estuvimos a la altura de lo que por plantilla pensábamos que era nuestro objetivo: el ascenso. Terminamos terceros por la cola, con 6 derrotas consecutivas.
En los primeros partidos alternamos las victorias y las derrotas. Triunfo ante Congelados Picazo, que acabó último de grupo, y derrota ante Paúles, que acabó el primero; victoria frente a Ermua, y derrotas frente a Santurtzi y Gaztelueta. A continuación, victoria a Congelados Picazo, a domicilio, para dar paso a la nefasta racha final: derrota en casa contra Paúles, en los últimos cuatro minutos de partido; desastroso partido en Ermua, en el que influyó la comida previa al encuentro; derrota en Santurtzi; dos partidos consecutivos en casa, perdidos por un solo punto, contra Zornotza y Gaztelueta; y mucho más clara la derrota en Zornotza.
Aquella temporada 2006-07, no habíamos estado a la altura de las expectativas que la primera fase nos había creado, ni de las ilusiones que nuestro 10º aniversario había alimentado. Y para colmo de decepciones, nos dejaba Iván, el gran capitán.
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