domingo, 31 de marzo de 2019

Los amistosos (7)

Desde la temporada 2008-09 (ya retirado el club Arkitze), continuamos jugando amistosos clásicos, con equipos ya mencionados en anteriores entradas; esto es, Loyola, Unamuno, o Afición. No obstante, también hubo otros contrincantes, como en la pretemporada de 2008, cuando volvimos (por última vez hasta la fecha) al colegio Madre de Dios, para sufrir una derrota contundente ante Bar Kanpion-Sarriko, que era un nuevo equipo, escindido del club Águilas, de una categoría superior a la nuestra.
En la pretemporada siguiente, otro amistoso contra un equipo de un nivel superior al nuestro; en este caso, Txurdinaga, que jugaba dos categorías por encima. Lo más destacado de aquel día, además de la participación de dos refuerzos, Magno, y Patxi, fue el curioso aparato utilizado como flecha de alternancia de posesión (ver El DeLorean y el gato chino).
En el siguiente curso, el 2010-11, no hubo ningún partido de pretemporada, lo que resultaba difícil de explicar, o de entender. De hecho, solo hubo dos amistosos en la temporada en la que hizo su aparición un segundo equipo en el club. Uno de ellos, el tradicional frente a la Afición, y el otro fue un curioso enfrentamiento de Parque "A" versus Parque "B". A falta de otro rival, se organizó lo que en un principio se planteaba como un partido entre el equipo de categoría Senior 1ª y el nuevo, que jugaba en Senior 2ª. Mas la necesidad de compensar deportivamente ambos planteles hizo que se mezclaran jugadores de uno y otro equipo, por lo que, sin comernos mucho la cabeza, se diferenció cada equipo mediante una letra: "A" y "B".

Tras aquella temporada tan rácana en encuentros amistosos, en las siguientes no ha habido ninguna en la que no hayamos jugado un mínimo de cuatro. Especial consideración merece el curso 2013-14, en el que jugamos nada más y nada menos que 10: Larrobeltz, La Salle, Independiente, Sarriko, Erandio, y Paúles, en pretemporada, con 3 victorias y 3 derrotas; y Erandio, Afición, y los dos partidos del torneo de Segovia, en post temporada, con una única victoria.
Durante los últimos años, además de los amistosos tradicionales, y de algunos torneos de final de temporada, ya relatados en este blog, volvimos a jugar contra Txurdinaga, Ugeraga, o La Salle, e incorporamos a nuevos contrincantes en este tipo de partidos, que además repitieron, como Escolapios, Larrobeltz, Erandio Altzaga, o Colegio Basauri, entre otros.
En total han sido, hasta la fecha de esta entrada, 89 amistosos, con un balance de 37 victorias, 43 derrotas, 8 partidos sin resultado ni ganador, 1 empate (ver Los amistosos (5). Más anécdotas de una sauna), y 1 victoria y derrota al mismo tiempo, en el enfrentamiento entre los dos equipos de Parque.
 
 
Brother Louie
 
 

viernes, 29 de marzo de 2019

El festín de Manu

La primera temporada en la que Parque contó con un segundo equipo, la 2010-11, a la que ya se ha hecho referencia en varias ocasiones en este blog, nos dejó un partido de Manu para el recuerdo. O mejor sería decir que otro más en el que Manu resultó protagonista.
La segunda fase que jugó aquel equipo de senior 2ª, finalizó con un balance favorable de 5-3, siendo las victorias, consecutivas. En la cuarta de ellas, frente a Salleko, cuya crónica aparece en dos entradas del blog "Un camino para disfrutar" (ver Manu I de Parque... (1), Manu I de Parque... (2)), Manu se dio un festín de puntos. Atrás quedaban aquellos 41 puntos de Jorge e Iñaki en los primeros años del club (ver La bestialidad de Jorge, y Iñaki Vs C.Abogados). Los 44 que le endosó a Salleko continúa siendo la mayor anotación individual, mas, no obstante, sucedió en un partido en el que la crónica subrayaba la gran labor de equipo. Es decir, Manu fue la constante y repetida culminación del juego colectivo del que hizo gala aquel equipo, tanto en aquel partido, como en prácticamente toda aquella recordada temporada.

En el Parque Bilbao 75 - Salleko 58, tan solo jugaron seis, que anotaron así: Asier Urbaneja (3), Iban (2), Ibon (7), Mikel García II (8), Javi (11), Manu (44), con 7/10 en tiros libres, 17 canastas de dos, 1 triple, y 1 falta. Ya por entonces solo se contabilizaban los datos que ofrecían los actas, por lo que dejo a la imaginación de cada cual qué valoración total hubiera logrado Manu aquel día, de haberse llevado una estadística completa, como en los primeros años.
Al igual que los puntos del equipo fueron in crescendo (parciales de 12-11, 16-12, 22-16, y 25-19), los anotados por Manu resultaron cada vez más espectaculares. Si en el segundo período metió 14 puntos consecutivos, en el último hizo lo mismo, pero sumando un total de 21 en esos diez minutos finales. De esta manera, no solo establecía un récord de puntos anotados, y de canastas de dos, sino también de puntos en un cuarto (21), o en media parte (26).

Manu recibiendo el acta de aquel partido
 
Mas el festín hubiera resultado indigesto si una anotación tan espectacular no hubiera estado acompañada de una victoria y de una enorme actuación del equipo que se ve en la fotografía.
Como comenzaba la crónica de aquel partido, fue una victoria de récords, victoria de un Equipo, victoria de un Maestro.
 
 
 
 

miércoles, 27 de marzo de 2019

El campo de Madre de Dios (6)

La temporada 2000-01, que ya ha sido narrada anteriormente (ver Los ascensos (4). La Preferente, Los ascensos (5). La Preferente, Los ascensos (6). La Preferente), fue en la que obtuvimos un mejor balance de victorias en el colegio: 8-1; siendo la única derrota ante Freirenorth Santutxu, en la primera fase, tras haber logrado cinco victorias consecutivas.
En la segunda jornada, recibimos a Txurdi, que recibió una escandalosa paliza: 81-21. Si bien el contrario era por aquel entonces un equipo de escaso nivel, no hemos vuelto a repetir una diferencia parecida en un encuentro. Aquella exhibición del equipo, y de Carlos en particular (comentada en una entrada anterior), tuvo los siguientes anotadores: Mikel San Juan (7), Patxi (3), Ahmad (9), Mario (1), Asier (10), Hugo (4), Jota (9), Mikel García (10), Carlos (28).
En la cuarta jornada, la victoria ante Arkitze, por 69-47, contó con otra exhibición, en este caso de Patxi, en uno de sus encuentros más memorables en Parque. Ese 4 de noviembre, el capitán nos dejó ni más ni menos que: 32 puntos (14/20 en tiros libres, mencionados someramente en Uno es bueno y nos vale (2). Enchufadores, y 9/13 tiros de dos), 6 rebotes (5 defensivos), 4 asistencias, 5 robos, 15 faltas recibidas (la segunda mejor marca de siempre), 5 pérdidas, y 1 falta, para un total de 46 de valoración, que es el tercer mejor registro, compartido, de un jugador de Parque. Esa demostración tan contundente de Patxi significó, al menos en el plano estadístico, el mejor partido en el club de este maestro del basket.
Los siguientes tres partidos en nuestro campo también se ganaron: 56-53 a Salde Águilas; 70-42 a Bermeo, en el primer partido de Manu saliendo en el quinteto titular, una semana después de su debut; y 63-45 a Garamendi.

En la segunda fase jugamos tres partidos en la Ikastola Begoñazpi, y otros tres en Madre de Dios, que fueron sendos triunfos: 68-42 a Paúles Azulhis, 76-48 a Anbotopeko, y 86-72 a Asti Leku Ikastola, en un partido relatado en otra entrada (ver Con menos de cinco basta. El 3 x 3).
Al finalizar la temporada decidimos mudarnos a la Ikastola Begoñazpi, aunque no estaríamos mucho tiempo allí, puesto que en 2002 volvimos al colegio de San Ignacio, para iniciar un segundo ciclo; el cual comenzó con una temporada de la que aún se conserva un vivo recuerdo. Mas de ello ya me ocuparé en otra ocasión...

 

domingo, 24 de marzo de 2019

Segovia tiene un recuerdo especial (2)

Y aquí muestro más instantáneas del recordado fin de semana segoviano:


 
Antes del primer partido, el del sábado, aún había fuerzas para calentar. En el del día siguiente, sería otro cantar.
 
Salto inicial del partido que nos enfrentaba al equipo local, C.D. Blues Clínica Goya. En ese momento aún contemplábamos serias opciones de terminar victoriosos.
 
Un paseo por las calles, entonces silenciosas, de Segovia.
 
Ya de retirada. Aunque en realidad, aún tardaríamos bastante tiempo en irnos a dormir (el que lo hizo).

 

sábado, 23 de marzo de 2019

Segovia tiene un recuerdo especial (1)

De entre los torneos en los que ha participado Parque, dos son especialmente recordados. Por un lado, el ya narrado del décimo aniversario (ver las cinco entradas, desde El décimo aniversario (1)), y por otro, el que se jugó en Segovia el fin de semana del 27 al 29 de junio de 2014.
Aquel torneo de baloncesto no fue más que la excusa para aprovechar la oportunidad que nos brindaba Adrián de disfrutar durante unos días de las fiestas de Segovia, y aún hoy sigue siendo tan recordado, además de porque no ha pasado tanto tiempo desde entonces, porque durante ese finde confluyeron dos importantes aspectos: la motivación por asistir a unas fiestas en un lugar extraño para buena parte de nosotros, y el buen rollo de la gente que formó aquella expedición.
Aquella insólita experiencia en la historia de Parque la relaté en su momento en el blog "Reinventando esperanzas", por lo que indicaré los links de aquellas entradas, para quien quiera recordar aquellos días: Segovia tiene un color especial (1), Segovia tiene un color especial (2), Segovia tiene un color especial (3), Segovia tiene un color especial (4), Segovia tiene un color especial (y 5).

Eso sí, comparto aquí fotografías inéditas de aquel fin de semana:

 Momentos antes de partir a Segovia

Una parada para repostar en el camino
 
Si en esta habitación del hotel se ven unos cuantos objetos por el medio, no les cuento cómo se encontraba la bañera. En otra ocasión la mostraré...

 

jueves, 21 de marzo de 2019

El jugador que se hizo a sí mismo (2)

Aunque Carlos es reconocido por su faceta defensiva, su gran capacidad física también le ayudó a protagonizar buenos partidos en ataque. Entre ellos, por la notoriedad de los números, podría destacar la apabullante victoria ante Indautxu Bakarra, por 82-48, de comienzos del curso 2006-07, en la que participó con 33 puntos, con 12 canastas de 2, y 3 triples. O los 31 puntos, con 11 canastas de 2, y 2 triples, en la victoria ante Centro Salmantino, por 65-62, en el último partido oficial de la temporada 2004-05. De los 31, 14 los anotó en el primer cuarto. En ambos partidos no se llevaron estadísticas, por lo que no hubo más datos que los que proporcionaban los actas.
Otro ejemplo de buena actuación ofensiva fue la victoria ante Paúles Plaza, por 62-54, en los inicios del décimo aniversario, a la que contribuyó con 27 puntos, y 14 de 19 tiros libres (mencionada someramente en Uno es bueno y nos vale (2). Enchufadores). O también, los 28 puntos, con 14 canastas de 2 (segunda mejor marca, compartida), que aportó en la victoria más escandalosa de nuestra historia, la del 81-21 a Txurdi, en el comienzo del curso 2000-01.
Mas incluso, sin anotar muchos puntos, también podía ser decisivo, como aquel partido en su primera temporada, en el polideportivo Txurdinaga, en el que con el tiempo ya finalizado, anotó un tiro libre que supuso la victoria contra Pinturas Atxukarro. Y no hay que olvidarse de que fue uno de los protagonistas de la victoria del Siglo...

No obstante todo lo expuesto, que proclama su gran capacidad defensiva y ofensiva, la trayectoria de Carlos en el club también es recordada por otras dos facetas. Por una parte, sigue acumulando el mayor número de técnicas (35), que dificilmente será superado, por cuanto éstas se recibían en una época, ya olvidada, en la que acumulábamos estas infracciones por decenas. Y por otro lado, y sobre todo, es recordado por su admirable adaptación al entorno festivo, en el cual se desenvolvía quizá incluso mejor que en el terreno de juego. En este campo tuvo buenos compañeros, con los que compartió bares nocturnos, encadenándolos con partidos de domingos por la mañana, sin mostrar especial afectación física por esta causa (o más bien, tratando de no mostrarla). Fueron muchas noches, o incluso tardes, en las que Carlos y su compañero de fatigas de la fotografía, mostraron una envidiable resiliencia frente al entorno festivo de aquellos años.


 

martes, 19 de marzo de 2019

El jugador que se hizo a sí mismo (1)

El primer ganador del premio "Piña-cerrojo" es recordado por ser uno de los mejores defensores de nuestra historia, pero no solo por eso...
Cuando Carlos aterrizó en Parque venía acompañado de claras carencias técnicas y tácticas. Sin embargo, quizá consideró que éstas no suponían un auténtico obstáculo para jugar en un equipo cuyo nivel no era excelso, precisamente. Así pues, no solo tuvo un sitio en el equipo de entonces, sino que se convirtió en uno de los mejores jugadores que han pasado por este club.
El comienzo fue, cuando menos, anecdótico, jugando apenas unos 30 segundos en un partido en Montaño; y sus dos despedidas, tras sendas lesiones. La primera, a falta de 4 segundos para acabar un partido prácticamente perdido, y la segunda, tras su vuelta y un esguince de rodilla (ver Los pupas (3). Segundos malditos). Entre aquellas fechas, desde el debut del 19 de octubre de 1997 en Montaño, hasta el nefasto 16 de noviembre de 2008, en Zurbaranbarri, más los posteriores tres partidos jugados entre el final de 2010 y el comienzo del año siguiente, hay una gran trayectoria, aunque tuviera sus altos y bajos. Y para corroborarlo, además de las positivas valoraciones que otorgan los más antiguos del club, basta repasar un poco sus estadísticas.



Es el quinto que más partidos ha jugado, 276, divididos en 13 temporadas (incluidas las dos de las lesiones), con un alto porcentaje de encuentros saliendo en el quinteto titular (68,48%), en una época en que la competencia era considerable. Asímismo, a sus totales de puntos, rebotes, robos, etc., que están entre los más destacados, hay que unir diferentes récords, ya sea a título individual, o aquellos colectivos en los que participó. A saber, comparte el tercer mejor registro de falta recibidas en un partido (10), y el cuarto en robos (7), logrados ese mismo día; o tiene la segunda mejor marca de rebotes totales (21), y comparte con Jose la primera en cuanto a rebotes defensivos (17), en un histórico partido frente a Barrena Berri, ya comentado en este blog (ver Victoria muy valorada), en el cual se convirtió en el segundo en obtener un 20-20. Posiblemente fuese aquel su mejor partido, cuando menos desde un punto de vista estadístico: 23 puntos (8/10 en tiros libres, 6/12 en tiros de dos, 1/2 en triples), 21 rebotes (17 defensivos), 1 asistencia, 6 robos, 5 faltas recibidas, 1 tapón recibido, 2 pérdidas, y 4 faltas, para un total de 40 de valoración.

domingo, 17 de marzo de 2019

La piña y el candado

Cuentan los más antiguos, que en una época muy lejana, un señor al que llamaban Juanki (que además fue uno de los fundadores de este club), un día explicó a los allí presentes cierta táctica defensiva, y lo hizo de manera tan gráfica, que desde entonces permanece en el subconsciente de algunos la imagen de una piña y de un cerrojo, y cada vez que alguno de dichos objetos es nombrado, aparece una sonrisa, o incluso la explicación de aquella antigua anécdota, que los más incrédulos tachan de leyenda sin fundamento.
Mas en honor a la verdad, o mejor dicho, a la verdad de Juanki, la explicación de lo que es una defensa piña-cerrojo existió, y esta fue la causante de que uno de los afamados y dicharacheros premios de la afición, que comenzaron a entregarse en la temporada 2002-03, tuviera la denominación de premio "Piña-cerrojo". Es el galardón para el mejor defensor del curso baloncestístico, y desde su creación han sido once los ganadores y veinte los premios entregados (en algunas temporadas hubo dos equipos, y por tanto, doble premio). Pero de entre todos ellos (a los que se nombrará en una futura entrada), cuatro lograron la avenencia, no solo del aficionado, que al fin y al cabo era el que votaba, sino incluso de sus propios compañeros de equipo. O dicho de otra manera, cuatro de ellos se labraron el prestigio de buenos defensores. Porque aunque, como sucede en tantas situaciones que tienen que ver con valoraciones subjetivas, no fuesen premiados todos los que eran, sí que estos cuatro se lo ganaron.

El primero de estos defensores fue Carlos, con tres "piñas-cerrojo", y a saber cuántos hubiera ganado de haberse entregado antes estos premios. Le sucedió un incombustible Manuel, alias Manu, que entre el primer equipo y el segundo, ha logrado seis premios; dos de ellos compartidos. A continuación, el prestigio defensivo se lo ganó Ibon, que en apenas 4-5 años, ganó dos "piñas-cerrojo". Y el último grande en esta faceta es Rubén, que en sus cinco temporadas en el club ha logrado cinco "piñas-cerrojo", aunque uno de ellos compartido; es decir, a razón de un premio por año jugado.
Carlos y Rubén, con una envidiable capacidad física; Manu, con una notable habilidad para estar bien colocado; e Ibon, con un gran tesón y motivación. Cada uno, con sus particulares características, han elevado el prestigio de este singular premio. El cual, y a pesar de llamarse "piña-cerrojo", no refleja exactamente el premio material que se entrega cada año. En realidad, en la mayoría de las ocasiones los premiados recibieron algo relacionado con esa fruta (como confirman las fotografías), mas ante la aparente dificultad que suponía entregar al ganador un cerrojo, en algunas ocasiones opté por sustituirlo por algo más útil, como un candado.
Las siguientes imágenes corresponden a sendas entregas del premio, a los dos últimos ganadores, que no pudieron recogerlo durante la "gala oficial".


Ibon, ganador 2012 (equipo de 1ª)

 Rubén, ganador 2017



sábado, 16 de marzo de 2019

El campo de Madre de Dios (5)

En el curso 1999-2000 hubo algunos cambios, tanto de jugadores como de entrenador. Aunque la ficha de coach fue tramitada para Ahmad, fueron, principalmente, Iban Redondo y Jon Sexto los encargados de la dirección de los partidos durante este curso.
Respecto a los jugadores, también se produjeron algunas variaciones. Además de la incorporación de siete nuevos jugadores, para suplir la marcha de media plantilla, Patxi se convirtió en el nuevo capitán.
 
En cuanto a nuestra trayectoria en el colegio Madre de Dios, volvió a terminar con balance positivo en cuanto a victorias y derrotas: 7-6. La de Leioa fue la primera de las siete. Después, la de Mungia, sin jugar, puesto que este equipo se presentó en el colegio con bastante retraso; cuando el acta ya estaba cerrado. El tercer partido en casa, aunque acabó con derrota nuestra, nos dejó dos anécdotas: el debut de "Jota", un jugador difícil de olvidar entre los veteranos; y el actual récord, registrado, en porcentaje de triples en un partido, si bien es verdad que el 55,56% se produjo tras un 5 de 9. En el siguiente partido llegó nuestra tercera victoria en el colegio, ante Rover, y dos semanas después, la cuarta, en un día histórico...
El 11 de diciembre de 1999, la victoria frente a Salde Águilas, por 62-29, fue un festival del rebote. Los 44 defensivos igualan una marca lograda el año precedente ante Montaño (mencionada en la anterior entrada de este blog), y los 63 totales continua siendo el récord del club. En esta faceta todos sumaron: Patxi (5), Ahmad (5), Jose (8) y 13 puntos, Agustín (2), Hugo (5), Jota (16) y 18 puntos, Mikel García (12), Carlos (10) y 18 puntos. Fue este partido, también, en el que Jose dejó de ser titular, tras 84 partidos consecutivos siéndolo. Aunque entonces aquella circunstancia pasó desapercibida, el paso del tiempo ha manifestado la gran dificultad de volver a repetir un caso así.
Una semana después de este vendaval de los rechaces, Berrio Otxoa nos proporcionó la quinta victoria en Madre de Dios. Sin embargo, la sexta tardó en llegar; aunque a domicilio logramos otras tres victorias (cuatro, sumando un amistoso) en lo que restaba de la primera fase: frente a Leioa, Mungia, y Rover.
La primera fase acabó con un polémico partido en el campo de Salde Águilas, que posiblemente es recordado por sus técnicas y cuestiones extradeportivas, y en el que ni los 21 puntos y 17 rebotes (9 de ellos ofensivos) de Jose sirvieron para ganar a un equipo que, por lo visto en nuestro anterior enfrentamiento, se nos antojaba claramente inferior.

La segunda fase nos deparó igual número de victorias que de derrotas: 4. Las dos conseguidas en el colegio fueron, ante Asti Leku, que no se presentó al partido; y ante Colegio de Abogados, en un día en el que se produjo la anécdota subrayada en una anterior entrada del blog (ver Victoria al colegio de árbitros). Precisamente frente a Colegio de Abogados acabamos la temporada, perdiendo por incomparecencia, al ir solo cuatro jugadores (situación mencionada en la entrada Con cinco basta (1)).

 

miércoles, 13 de marzo de 2019

El campo de Madre de Dios (4)

En nuestra segunda temporada en el campo de San Ignacio, aunque el número de victorias no fuese espectacular (8, de los 15 partidos en casa), algunas de ellas fueron y serán recordadas durante mucho tiempo.
La clara victoria ante Montaño, por 76-53, no solo fue reseñable por la diferencia ante un rival que por aquellos años se nos daba mal, sino por ser el partido con la mayor valoración registrada en la historia de Parque. La marca de 109 parece irrepetible porque ya no se llevan estadísticas, como se hacía en aquellas primeras temporadas, pero además, porque parece difícil volver a acumular en un mismo partido tantas producciones individuales como las de aquel 14 de noviembre de 1998. A saber, tres jugadores con al menos 20 de valoración: Jorge, 21, con 13 puntos, 8 rebotes, o 6 asistencias, entre otras estadísticas; Jose Fernández, 23, con 13 puntos y 16 rebotes; Carlos, 30, con 18 puntos y 15 rebotes. Además de esto, un 67,44% del equipo, en tiros libres (29/43); 60 rebotes, que es la segunda mejor marca del club, siendo 44 de ellos defensivos (primera marca, repetida en un partido posterior); junto con 9 asistencias y 11 robos. En definitiva, un festín estadístico para dejar clara nuestra superioridad en una agradable victoria.
En este mismo curso 1998-99 se lograron otras tres valoraciones (las tres en partidos jugados en Madre de Dios), que aún permanecen en nuestro top-10, y que por diferentes razones han sido mencionadas anteriormente en este blog. Además de los 104 de valoración en la victoria a Barrena Berri (ver Victoria muy valorada), hay que añadir los 86 en la derrota frente a Haro (ver La bestialidad de Jorge), y los 97 en la victoria ante Zubileta, pese a jugar todo el partido con solo cinco jugadores (ver Con cinco basta (1)).

También en este curso tuvimos otra de las victorias más recordadas de nuestra historia. Aquella, también en el colegio Madre de Dios, en que ganamos a Gordexola, por 99-62. A pesar del regocijo existente tras ganar con tanta rotundidad a un equipo frente al que habíamos perdido en el partido de ida, y a que los 99 de aquel día era la mayor anotación lograda por Parque, algunos nos quedamos con cierto mal sabor de boca por no haber llegado a la centena de puntos. De hecho, la crónica de aquel partido jugado un 21 de marzo de 1999, en una hora un tanto inusual (12 de la mañana), hace mención a esto, explicando que no se llegó a los 100 puntos debido a un malentendido de dos jugadores, durante un contraataque. Aunque aún hoy se recuerda a los susodichos jugadores aquella anécdota, que desbarató una ocasión sin igual para alcanzar los 100 puntos en un partido, ciertamente aquella jornada nos dejó un récord de anotación, además de una apabullante victoria. Y posiblemente no se lograron más récords porque en aquella ocasión, en contra de lo que era habitual en aquella temporada, no se llevaron las estadísticas.
Cinco de los seis jugadores alcanzaron la decena de puntos: Jorge, 18; César, 5; Patxi, 16; Jose, 18; Ahmad, 18; Carlos, 24.


 

domingo, 10 de marzo de 2019

Dos torres

Los pívots, sobre todo, los altos, siempre han sido un bien codiciado en las categorías provinciales en que hemos participado durante todos estos años. Incluso en una época, hace ya tiempo de esto, en que buena parte de los equipos de cierto nivel contaban al menos con algún jugador grande, nosotros tuvimos la suerte de tener dos.
Desde el curso 2008-09 al 2013-14, coincidieron en el club, Txemi e Iker. El primero llevaba ya dos temporadas cuando llegó Iker, y aunque no siempre compartieron cancha, por mor de ciertas y repetidas ausencias del primero, contar con dos jugadores de esa altura suponía un plus para cualquier equipo. Si además de esto se une el que en aquel tiempo contábamos con otro pívot, como Iban, y dos ala-pívots, como Mikel García y Manu, a priori se antojaba que teníamos un juego interior bastante competitivo. Con tal capacidad interior, y con un juego exterior también de calidad, resulta difícil entender las decepciones clasificatorias de aquellos años. Si bien no hay que olvidar que el número habitual de asistentes a los entrenamientos no se correspondía con el de los partidos, hubo más causas para que el aparente nivel de nuestra plantilla no alcanzase los éxitos deseados. Algunas, posiblemente, se han explicado ya en otra entrada (ver Mea culpa).

Durante seis temporadas coincidieron en el club, entre otros, dos pívots que tanto dentro como fuera del campo fueron protagonistas en una etapa inolvidable, en la que parecía que año tras año estaba justificado soñar con algo grande, y cuya marcha, junto a la de otros jugadores de aquel entonces, pareció transportarnos a la realidad. Su aportación cambió, e incluso determinó el juego del equipo de aquella época. Durante unos años Parque se convirtió en el equipo de las dos torres...

 
 Requiem for a dream


 

viernes, 8 de marzo de 2019

Tímido carnaval

Al llegar los días del carnaval, Parque, como equipo, no se ha distinguido por una actitud especialmente festivalera. De hecho, en tantos años de andadura, apenas recuerdo tres o cuatro partidos en los que, coincidiendo con las carnestolendas, alguien tuviera a bien meterse en algún disfraz.
Narran los más antiguos, que a un partido en Algorta, algunos se presentaron con calcetines de diferente color, y con algún otro complemento que también desentonaba. Desde ese día hasta el próximo en que recuerdo disfraces en uno de nuestros partidos, pasó mucho tiempo, aunque es posible que por el camino mi memoria se haya olvidado de alguno de ellos. La timidez con la que, durante años, el equipo afrontó eso de disfrazarse, nos otorgaba un merecido apelativo: "sosainas".
Desde aquel partido en Algorta, no recuerdo ningún otro en que el equipo, en grupo, llegara disfrazado al colegio o pabellón de juego; como mucho, puntualmente, se atrevió algún que otro osado. Eso sí, hubo unos cuantos jugadores que se endosaron sus disfraces tras finalizar los encuentros, para salir del colegio o pabellón de juego.
 
En una ocasión festiva como esta, que tanto juego podía haber dado a este blog, y que tan poco ha ofrecido a la historia del club, al menos compartiré las fotografías de alguno de aquellos disfraces de antes de un partido, y de algunos de después.
 
 
 
1 de marzo 2014, tras la derrota contra Galdakao (46-71), en la fase de ascenso del equipo de 2ª. Si bien el de la izquierda es el mismo en las dos fotografías, obsérvese que el portador de la gorra de los Jazz cambia de una imagen a la otra.
 
 
 
14 de febrero 2015, en el frontón de Orduña, antes de la derrota del equipo de 2ª, contra Bedarbide (57-48).
 
 

miércoles, 6 de marzo de 2019

Si das la vuelta al Marca... (5)

Otra de las comidas post-partido tuvo lugar en Trápaga, después de una victoria frente a Sustraiak, por 56-58, que dejó un buen sabor de boca, dentro de una temporada 2013-14 que resultó nefasta para el equipo de 1ª. Estos fueron los protagonistas de aquel partido:

 
Y para celebrarlo, una merecida, a la par que agradable, comida en un restaurante local, en un ambiente familiar.
  
 
 
Apenas dos años después, aunque la temporada 2015-16 también fue nefasta para el equipo de 1ª, con descenso de categoría incluido, quisimos celebrar la victoria en el colegio Paúles, por 46-56. Si bien el centro comercial MegaPark no era un lugar especialmente impresionante para comer, el tamaño de las hamburguesas que nos zampamos sí que lo fue.
 
 
 


sábado, 2 de marzo de 2019

Si das la vuelta al Marca... (4)

La temporada 2011-12, además de la victoria en el campo de Jarrilleros, vistiendo el uniforme blanco (mencionada en la entrada anterior), nos deparó muchos más momentos agradables; principalmente en el ámbito festivalero. En esta ocasión, me referiré solo a uno de ellos.
La visita del equipo de 1ª a Gordexola no fue, precisamente, agradable, por cuanto la clara derrota contra un equipo, en teoría asequible, a falta de pocas jornadas, y en una liga en la que tratábamos de no descender, no podía en modo alguno resultarnos grata.  Sí lo fue la comida posterior en Zalla, a donde nos desplazamos unos poquitos, para continuar con aquel sano acto social que nos congregaba en torno a una mesa, antes o después de nuestras partidos de fuera de Bilbao, y que viene relatando este blog desde hace tiempo, en las entradas tituladas como esta (para recordar el porqué del título, ver Si das la vuelta al Marca... (1)).



Hall of fame