La historia de Parque la han escrito sus muchos protagonistas. De entre ellos, uno ha compartido con nosotros muchos momentos, y nos ha ayudado a superar las adversidades del camino (sobre todo las cuestas de Arangoiti y de Zurbaranbarri), o nos ha cobijado, dándonos su calor, en las frías y húmedas noches invernales.
Su capacidad de sacrificio para llevar a cinco jugadores (o los que fuesen) a su destino, varias veces por semana, sin queja alguna, o para desplazar a toda la familia por diversos rincones de Europa, nos ha hecho tenerlo en alta estima. Por ello, su falta de glamour, lejos de ser una traba, ha aumentado el cariño que este personaje se ha granjeado en el club. O puede que también hayamos sentido empatía al pensar en su frágil carrocería, aparentemente tan desgastada como la nuestra.
En definitiva, han sido muchos los años en los que el Ford Fiesta de los Begoña ha estado compartiendo nuestro día a día. Aproximadamente, desde la primera vez que los llevó a nuestro club.
Nuestro pequeño amigo ha escuchado los silencios tras las derrotas, ha participado de las alegrías por las victorias, ha padecido el exceso de kilos de sus ocupantes, y ha disfrutado o se ha abstraído de las conversaciones y la música de estos.
El coche de los Begoña, el "auténtico", el de la pegatina del burro, ha transportado a gran cantidad de personajes de la historia de Parque, muchos de ellos ilustres. La historia de este coche es también la historia de nuestro club, porque de ella forma parte.
Entre la gente ilustre que subió a este vehículo estaba la familia Begoña, a la que durante algunos años pudimos ver al completo en cada partido en el que Iban y Unai jugaban juntos. Era especialmente entrañable recibir el optimismo y las buenas palabras que la amama María Teresa tenía para sus nietos, y para los demás jugadores del equipo.
Desde su debut, en un encuentro de la afición (ver El día de la Afición (3). El partido), a pesar de haber jugado cada uno más de 200 partidos, los hermanos Begoña siguen llevando consigo el estigma de "rookie". Son, posiblemente, los rookies más veteranos de la historia.
El coche de los Begoña, el "auténtico", el de la pegatina del burro, ha transportado a gran cantidad de personajes de la historia de Parque, muchos de ellos ilustres. La historia de este coche es también la historia de nuestro club, porque de ella forma parte.
Entre la gente ilustre que subió a este vehículo estaba la familia Begoña, a la que durante algunos años pudimos ver al completo en cada partido en el que Iban y Unai jugaban juntos. Era especialmente entrañable recibir el optimismo y las buenas palabras que la amama María Teresa tenía para sus nietos, y para los demás jugadores del equipo.
Desde su debut, en un encuentro de la afición (ver El día de la Afición (3). El partido), a pesar de haber jugado cada uno más de 200 partidos, los hermanos Begoña siguen llevando consigo el estigma de "rookie". Son, posiblemente, los rookies más veteranos de la historia.
Fueron muchos ratos simpáticos los compartidos con estos dos tipos, tanto en el campo de juego, como en diversos festejos, en los que su presencia no pasaba en absoluto desapercibida. Porque en el terreno de la noche festiva se desenvolvían con gran pericia.
Tres amigos que han dejado su impronta en el club: un clásico y dos rookies.
El auto nuevo

Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMuy justo y necesario reconocimiento: por un lado el caso único en el mundo y ya legendario de dos jugadores que, sin importar el gran número de partidos jugados, son y serán por siempre Rookies, los rookies por excelencia de Parque. Y por otro, el sufrido y fiel "burro", esperando a la puerta del pabellón...
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