sábado, 18 de mayo de 2019

Un ejemplo de superación

En septiembre de 2010 fueron a entrenar Asier e Ibon por primera vez, tras haber contactado con la federación de baloncesto, donde les facilitaron nuestro teléfono. Ninguno de los dos había jugado antes en un equipo de baloncesto, y sus carencias técnicas eran evidentes, mas fueron progresando en aquel segundo equipo del club, que debutaba en ese curso 2010-11.
Asier solo estuvo esa temporada, e Ibon continuó mejorando, y si bien no alcanzó un gran nivel técnico, y no eran muchos los puntos que anotaba, su disciplina táctica (al igual que la de Asier), beneficiaba el juego ofensivo del equipo. Pero donde dejó su impronta fue en la parcela defensiva, mostrando una gran implicación. Mas no solo destacaba por su intensidad en el equipo de 2ª, que era en el que jugaba habitualmente, sino también en el de 1ª cada vez que era convocado para jugar allí, lo que sucedería sobre todo desde su segunda temporada en Parque. Fueron varios los partidos en 1ª en los que sus ganas de defender contagiaron al resto a hacer lo mismo, y ayudaron a ganar, incluso, algún partido en que la victoria ya parecía improbable.
Esa actitud suya, tanto en ataque como en defensa, pronto le granjeó el respeto de todos. Y con su actitud fuera del campo también se ganó rápidamente la simpatía de sus compañeros. Porque el compañerismo fue otra de sus características definitorias en las cinco temporadas que jugó en Parque. De hecho, a partir del curso 2012-13 se instauró un nuevo premio en el club, el de mejor compañero, e Ibon fue su primer ganador.

 Debut de Ibon y Asier, en Larrabasterra, con el equipo de 1ª
 
La foto es representativa del espíritu de Ibon, y del de otros que estaban o que llegaron después al club. En su debut, y el de Asier, en el equipo de 1ª, de los 9 jugadores, 7 pertenecían al equipo de 2ª, y pese a ello se compitió en buena parte del partido, frente a uno de los primeros clasificados. Por ello, pese a la derrota, la foto muestra la satisfacción de los que han hecho lo que han podido. En eso Ibon ha sido un ejemplo para destacar. Ir a entrenar y jugar, desde Gorliz, sin apenas experiencia en este deporte, jugar su primer partido oficial contra un equipo apabullantemente superior, perdiendo casi de 60 puntos de diferencia (ver Una nueva era (1)), tener que debutar ya con el equipo de 1ª en su primer año, o no tener la efectividad y los puntos en ataque que hubiera querido, y a pesar de todo ello, mantener su buen rollo y espíritu de superación me sigue pareciendo digno de alabanza.
Y por si todo esto no fuese suficiente, ha sido también un buen exponente de lo que significa ser un jugador "Parque", esto es, muy comprometido con las noches festivas.
  
 
 

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